Si puedes, viaja solo: No hay mejor sensación que sentirte absolutamente libre en un lugar donde nadie te conoce, donde todo es nuevo, y donde tienes completa autoridad sobre las decisiones que tomarás durante tu estadía. Viajar sin compañía te obligará a ser independiente, a superar la timidez y hablar con extraños, a salir de tu zona de confort y descubrir cosas que tal vez no sabías sobre ti mismo. Viajar con amigos, con familia o en pareja puede ser muy gratificante, pero todo viajero debería tener la experiencia de viajar solo, al menos una vez en la vida.
Investiga: Averigua sobre la historia del país donde vas, sobre su gente, sus ciudades y pueblos, los museos que deberías visitar, sobre los eventos que no te puedes perder, etc. No es necesario que crees un itinerario completo de tu viaje si no quieres, pero tener una idea de lo que el lugar te ofrece, evitará que te pierdas grandes experiencias y oportunidades.
Pide información al llegar: Incluso si has investigado antes de viajar, no todo lo que sucede en el lugar lo vas a encontrar en internet o en folletos. Cuando llegues a tu destino, habla con la gente del hotel y con los lugareños que conozcas, y seguramente descubrirás que hay muchísimas otras cosas y lugares que ver.
Aprende frases básicas: Si tu próximo destino es un país que tiene un idioma distinto a tu lengua materna, procura aprender al menos unas cuantas frases básicas. Poder comunicarte con los lugareños en su idioma, seguramente te abrirá muchísimas puertas a nuevas amistades y experiencias, además de aumentar tus conocimientos sobre el lugar. No dejes pasar esta oportunidad de enriquecimiento, que además será muy divertida.
Regatea a la hora de pagar: No es un secreto que, en un gran número de países, los comercios se aprovechan de los turistas a la hora de vender sus productos / servicios, y algunos mercados incluso son famosos por esta práctica. Por lo tanto, si crees que es necesario negociar, hazlo, ya que lo peor que puede pasar es que tengas que dejarlo, o bien comprarlo al precio original.
Almuerza más tarde: A la hora del almuerzo, todos los turistas van a comer, lo que significa que los sitios turísticos más concurridos quedan prácticamente vacíos. Si llevas un snack o un emparedado en la mochila, podrías aprovechar esas horas sin que te empujen, te apuren o limiten tu visibilidad, para disfrutar de todos esos sitios. Luego podrás almorzar tranquilo, ya que pasada la hora del almuerzo los restaurantes también estarán desocupados.
Aprovecha lo que no te cuesta: La mayoría de los países tienen tours, eventos, museos, conciertos etc., todos gratuitos. Así que no pagues si tienes la oportunidad de disfrutar algo igual o mejor, sin tener que gastar. Si te encuentras en un viaje de negocios, eres blogger (y necesitas señal de internet) o simplemente quieres comunicarte con tu familia, utiliza el wifi gratuito de alguna cafetería, y si en el lugar donde te hospedas el desayuno está incluido en la tarifa, levántate temprano y desayuna allí. Esas cosas pueden parecer pequeñeces, pero si estás corto de presupuesto o tienes una larga estadía por delante, evitar estos gastos podría tener mucho impacto en tu economía.